En episodios anteriores…
La semana pasada te hablé de Manolo el carnicero, de las lindas calles del centro de Málaga y de las mejores galletas del mundo, entre otras cosas. Despúes de publicar, me di cuenta de que aunque llamé al post “los lindos rincones de Málaga” no subí ni una triste foto, así que aquí van unas cuantas:
¿Y qué te voy a contar hoy? Vamos a verlo:
Juntarse con infantes y okupar el 8M
Hace un mes o así me contactó un señor muy majo de una conocida empresa de anuncios para ver si me apetecía hablar en una sesión online con alumnos y alumnas (infantes1 de ahora en adelante) de la certificación en UX que ofrece Google en Coursera2; la idea era juntar a a) una exalumna a la que le vaya (profesionalmente) bien después de sacarse la certificación y a b) otra persona que lleve un tiempo trabajando en la industria del píxel para comentar oportunidades laborales, cómo está el mercao, etc.
La exalumna iba a ser Elena Gómez y el otro sería yours truly, como te puedes imaginar. Yo dije que anchanté, que siempre me gusta participar en este tipo de cosas porque escuchar a gente con más experiencia que yo muy temprano en mi carrera literalmente me cambió la vida, y con frecuencia pienso que ojalá más gente senior3 dedicase tiempo a hablar (¡y conectar!) con juniors.
Hace un tiempo que mi colegui Diego montó Padawanes para sistematizar esto, pero como tantos otros side projects cayó en el olvido. Creo que estaba abierto a traspasarlo, por si quieres recoger el testigo.
Elena y yo contamos algunas cositas interesantes en una charla moderada por Carmen de FUNDAE que espero fueran útiles para las casi doscientas personas que se conectaron; hubo un pequeño momento de pánico cuando me di cuenta (dos horas antes de la charla) de que la fecha elegida era el puto ocho de marzo, y pensé: “no me puedo creer que hoy vaya a ser yo El Señor Que Habla el 8M”.
Como ya era too late para echarme atrás, huí hacia adelante. No tuve oportunidad de hacer una micra de activismo para compensar haber okupado ese espacio, así que aprovecharé hoy este espacio que le subarrendo a Substack para recomendarte seguir a algunas diseñadoras (y tías guays en general) que conozco:
Sonia Villanueva, leyenda viva del diseño de servicios en España.
Antonia Kreft, diseñadora estratégica que está ahora en Berlín haciendo cosas super wapas pero secretas. No le pierdas la pista.
Silvia Ferpal, premio nacional de diseño 2019. Nos echó una mano a hacer que No More Haters molase.
Andrea Barber. Me da hasta vergüenza escribirle una bio. Creo que ha compartido escenario con Obama. Mejor búscala en Forbes.
Nazareth Rodrigañez, la mejor persona que conozco (o top 10, al menos). Todo lo que diga después de eso es completamente pointless.
Es un poco cliché decir que tu parjea es muy máquina PERO resulta que la Olga es una de las pocas googlers ingenieras de software de este país, lo que la cualifica automáticamente como crack, titana y mastodonta4 (en ese orden)
Y de las malagueñas de La Quedada (Im)posible hemos hablado aquí un par de veces en plan jijí jajá, pero ojo a sus currículums:
Uve Portillo, una de las pocas diseñadoras en Google España (ojo)
La Ire, que se ha pateado por lo visto todos los estudios de diseño de este país.
Carmel Hassan, que está de eurotour y es tan famosa que ya ni nos contesta a los DMs :_)
Hacerse jóven (en Málaga)
Hasta el día 10 de marzo de este mismo año Olga me echaba en cara que yo siempre decía que éramos más viejos de lo que realmente éramos. Algo pasó el viernes 10 (qué pasará, qué misterio habrá) que me cambió completamente el chip: empecé a decir (¡y a pensar!) que nos estamos haciendo jóvenes.
He cumplido 29 años, ¡29! No tengo ni 30 años, y llevo desde los 26 pensando lo mayor que estoy. ¡Qué tontería! La vida acaba de empezar, amigas, y todavía nos quedan en la lista muchos sitios donde comer y muchas ciudades que visitar.
Creo que por primera vez veo las cosas con claridad, me lo tomo todo con calma y puedo disfrutar de mi vida y mi gente sin la ansiedad insoportable que me ha angustiado desde los 16 años. Por eso digo que me estoy haciendo joven: ahora, libre del estrés y el malestar, rodeado de gente fantástica en un sitio donde se lleva pantalón corto el 77% del año, empieza lo bueno.
Por cierto: para celebrar la juventud, Olga me llevó a cenar sushi al Ta-kumi5 y me regaló un libro del que te hablo abajo, en las recomendaciones. Estas son las únicas fotos que nos hicimos:
Ese mismo día empezaba el Festival de Málaga, por cierto, y me he pasado desde entonces con la sensación de que me estoy perdiendo algo: la ciudad llena de alfombras rojas, todo el rato gente bien vestida saliendo de cines y teatros…
🏝️ & 🐈 (playas y gatetes)
El finde estuvimos en Pedregalejo (¡por fin!)
Han pasado semanas desde que Manolo nos recomendó ir a Las Acacias o Los Cuñao (sí, sin –s al final) a comer pescaíto o tomar un café, y por fin a Irene se le ocurrió que fuésemos el sábado; había una cola inhumana de gente esperando a entrar en Los Cuñao, porque comer fuera implicaba abrasarte a 30 grados y comerte las cenizas del espetero.
Mi religión me impide hacer cola, así que acabamos cogiendo una de las tres mesas exteriores que (casi) nadie quería. Estuve oliendo a ceniza hasta el martes y me escocieron los ojos hasta el lunes. Y te digo una cosa: no mereció la pena. El pescado no estaba especialmente bueno, no era especialmente barato (evidentemente) y nos trataron un poco como ganado: pasa, come, paga, vete.
La zona, en cambio, sí que es espectacular. ¿Alguna vez has visto playas con hierba?
Es un destino atractivo hasta para los gatetes, que tienen una colonia justo al lado de donde hice esa foto.
Antes de irnos hicimos una miniparada en El Morlaco para comprar estos bebés:
Nos gustó tanto la zona que volvimos al día siguiente con Chechu, que está en el top 5 de gente maja de aquí: se ofreció a llevarnos el domingo en coche a IKEA para devolver una cosa, pero descubrimos en el peor momento posible que en Málaga no abre nada los domingos, así que dijimos “qué coño, vámonos los tres a probar los camperos del Mafalda6”
Si no hubiésemos ido al Ta-kumi, el Mafalda sería mi recomendación de la semana. 10/10.
Recomendaciones
Un restaurante y un plato
En Ta-kumi, Toshio Tsutsui y Álvaro Arbeloa prepararon una carta espectacular de la que nos comimos hasta la encuadernación, tras lo que nos prohibieron volver. No prepararon la carta para nosotros, ojo: la prepararon en su día y ahí la dejaron, para todo el mundo.
Nos bebimos este vino y creo7 que este sake.
Si vas, te recomiendo pedir el nigiri de anguila. Y barra mejor que mesa, también, que para mi gusto le sobrarían 2 o 3 mesas, teniendo en cuenta el espacio de la planta de arriba.
Un libro
En Consumo crítico, el colectivo Carro de Combate aborda la historia del consumo y el boicot como una de las formas más características del activismo, y analiza cuatro sectores: la alimentación, la moda, la energía y el big data.
Como me lo acabo de empezar y todavía no te lo puedo recomendar, me limitaré a presumir de los buenos regalos que hace Olguers.
Evita si puedes comprarlo en Amazon, porfa.
Me hace mucha gracia esto porque uno de ellos bien podría ser José Manuel, 48 años, ex-mecánico que se está reciclando como UX Designer… y aún así entraría en la categoría infante XD
Se llama Certificado Profesional de Diseño de Experiencia de Usuario, por si lo quieres buscar.
Senior es como llamamos en la industria del postureo a la gente que tiene el culo pelao.
Ya lo era antes de entrar en Google, pero ahora se siente oficial.
Recomendado por El Fan del capítulo 3, que se llama FJ, por cierto.
¿Acaso un leve estado de ebriedad me pudo haber dificultado el correcto procesado y almacenamiento de información? Sólo Dios lo sabe.